Coquimbo cuna de buzos

Un Vistazo a las Profundidades: La Fascinante Historia del Buceo en Coquimbo

Mauricio Stefanovich

8 de agosto 2023

Mauricio Stefanovich

8 de agosto 2023

Coquimbo, 1900. Vista de su malecón costero. "Muy Noble y Muy Leal Ciudad", lema otorgado en 1795 por Carlos III.

El buceo es una actividad que ha estado ligada al ser humano desde tiempos inmemoriales. Sin embargo, no fue hasta el advenimiento de la escafandra en el siglo XIX que comenzó una nueva era de exploración submarina. Con la escafandra, los intrépidos buzos pudieron sumergirse a mayores profundidades, accediendo a un mundo desconocido lleno de misterios por revelar.

Descubriendo el mundo submarino con la escafandra, una invención que revolucionó el buceo.

A lo largo del siglo XX, el buceo encontró aplicación en diversos campos, desde lo militar y científico, hasta lo deportivo, médico y laboral. Los buzos, equipados con sus escafandras, alcanzaron un estatus legendario como exploradores que se sumergían en las profundidades marinas para realizar trabajos esenciales. Eran como sombras silenciosas que emergían de manera inesperada del océano.

Sin embargo, el buceo también conllevaba grandes peligros. Aislados bajo el agua, muchas veces los buzos enfrentaban la muerte en soledad, confiando únicamente en su propio ingenio y valor. A pesar de ello, estos intrépidos pioneros lograron victorias espectaculares en su noble profesión, aunque también soportaron trágicas derrotas.

Este artículo explora la apasionante y a veces trágica historia del buceo en la ciudad de Coquimbo, Chile. A través de sus valientes protagonistas, conoceremos cómo el buceo llegó a esta apartada región y el importante papel que jugó en su desarrollo. Una historia de coraje, misterios y amor por el océano.

Balsa de cuero de lobo marino, usada por los changos en el norte chico de Chile.

En las aguas de Coquimbo, el buceo en apnea se remonta a los tiempos de los changos, quienes se alimentaban de moluscos bivalvos extraídos de las profundidades.

Vapor El Canelo, hundido en la bahía de Coquimbo el 5 julio de 1908.

A lo largo del siglo XX, valientes pioneros del buceo con escafandra dejaron su huella en la historia de Coquimbo. Uno de los nombres destacados es el del intrépido Francisco Henríquez, quien, tras desmantelar meticulosamente el vapor “El Canelo”, estableció la icónica ferretería Henríquez. En la misma época, el buzo Chirinos brilló en esta noble profesión, formando parte de la hermandad de exploradores subacuáticos.

La década de los 50 marcó un hito crucial con la llegada de equipos semiautónomos y el buceo se expandió por la región, alimentado por compresores de membrana. Sin embargo, la transición a los equipos de pistón alrededor de 1970 desencadenó una ola de accidentes por enfermedad descompresiva, dejando una impactante estela de vidas perdidas e individuos incapacitados.

Dr. Alfredo Cea Egaña, pionero de la medicina hiperbárica en Coquimbo.

El Dr. Alfredo Cea Egaña, del Hospital San Pablo, asumió un papel crucial al enfrentar el desafío de salvar vidas bajo el agua. Inventó un ingenioso sistema de recompresión en el agua, aplicando las recién conocidas tablas americanas, convirtiéndose en el ángel guardián de decenas de valientes.

La caza submarina deportiva floreció en esos años, con buzos coquimbanos destacando en competiciones internacionales y obteniendo el título de campeones mundiales en dos ocasiones.

El Dr. Cea se convirtió en el primer médico especialista en medicina hiperbárica, estableciendo conexiones con distinguidos colegas alrededor del mundo. Con la fundación del Centro de Investigaciones Submarinas de la Universidad Católica del Norte (UCN), llegaron las primeras cámaras hiperbáricas, auténticos salvavidas que rescataron una impresionante cantidad de buzos afectados, reforzando la seguridad en el buceo.

Francisco J. Vergara R. Pionero del buceo profundo en Coquimbo en los 70s y 80s.

Otra joya en la corona de los buzos comerciales de Coquimbo es Don Francisco Javier Vergara Rivera, destacado por su colaboración con el Dr. Cea como asesor de capacitación en el prestigioso Centro de Investigaciones Submarinas de la UCN. Excadete naval en 1956, tomó el curso de buceo de alta profundidad en 1970, siendo también Capitán Deportivo de Altamar y profesor en el Liceo Industrial de Coquimbo durante 23 años.

Francisco Vergara buceando la Corbeta Esmeralda hundida en Iquique, 1975.
Patricia Echeñique, primera mujer en bucear la Corbeta Esmeralda hundida en Iquique, durante briefing antes de filmarla en 1978.
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En 1975, el equipo de buceo profesional de la UCN, apoyado por la Armada de Chile y Canal 13, filmó la Corbeta Esmeralda en Iquique, capturando su historia en blanco y negro. Tres años después, la travesía continuó en color. La Sra. Patricia Echeñique de Cea, la primera y única buceadora en sumergirse en dicha Corbeta Histórica, representa la pasión por descubrir los secretos ocultos bajo el mar.

Buzos mariscadores de ostiones en Coquimbo, décadas de los 80 y 90.

En las décadas de los 80 y 90, con el auge de la acuicultura y el ostión del norte, los buzos mariscadores se sumaron a la actividad, pasando de una práctica extractora indiscriminada a un trabajo controlado, con estándares de seguridad y especialización.

Inspección de fondo y flexible de descarga de combustible. Terminal Copec, Guayacán.

El buceo comercial también creció, atendiendo las necesidades del mercado nacional y empresas extranjeras, como cruceros turísticos, empresas navieras, petroleras y pesqueras que operan en la zona costera.

Johana Tamayo, destacada buceadora deportiva de Coquimbo. Logros internacionales en caza submarina en apnea.
Johana Tamayo cazando en apnea entre algas marinas. Destacada buceadora deportiva de Coquimbo.
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En tiempos recientes, los buzos deportivos de Coquimbo han alcanzado logros internacionales, como Johana Tamayo, una destacada cazadora submarina en apnea, madre de dos hijos y Técnica Superior en Acuicultura.

La educación pública en la región ha estado ligada a la actividad marítima, formando jóvenes profesionales desde los años 80 con la carrera de Técnico Profesional en Construcción Naval y Pesquería, evolucionando hacia Técnico Profesional en Acuicultura y trasladada al Liceo Marítimo Carmen Rodríguez de Tongoy en 2006, consolidando su papel en la producción de ostiones del norte.

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El currículo de este liceo incorpora un Módulo de Trabajos Subacuáticos, brindando a sus estudiantes la oportunidad de obtener la matrícula de Buceador Deportivo Autónomo, reforzando la formación académica y abriendo puertas a oportunidades profesionales en el mundo submarino.

Vista de Coquimbo desde su hogar marino. Un futuro prometedor la aguarda bajo sus aguas.

Mirando al futuro, la historia de Coquimbo y el buceo inspiran un mensaje de esperanza y promesa. La comunidad sigue unida por el amor al mar y la determinación de preservar sus misterios. Coquimbo, con su rica herencia marítima y dedicación al buceo, seguirá siendo un faro de excelencia en esta noble travesía, con un futuro lleno de descubrimientos, oportunidades y crecimiento bajo sus aguas.

Mauricio Stefanovich Vargas

A sus 56 años, Mauricio es un espíritu inquieto y aventurero por excelencia, amante de los perros y las motos, cuya vida de una u otra forma siempre ha estado ligada al mar. Como él dice cuando se adentra entre las olas, Yo no voy al mar, vuelvo a mi origen.

Milan Stefanovic Aleksic (izq padre) y Jovan Stefanovic (der abuelo).

La herencia marítima viene por su sangre paterna. Su abuelo, exoficial naval de Serbia, participó en la Primera Guerra Mundial, y su padre en la Segunda Guerra Mundial en la ex Yugoslavia, como oficial de torpedos en el arma submarina.

De pequeño se adentraba en las frías aguas de El Tabo cada vez que podía viajar en familia a la costa central. Imitaba a los mayores haciendo apnea para recolectar pequeños moluscos.

Viviendo en Santiago, su único contacto con el agua era a través de la natación y el waterpolo en el Estadio Nacional.

Mauricio en sus inicios profesionales, antes de seguir su pasión por el mar.

Al comienzo de su vida laboral, a principios de los 90, las circunstancias lo llevaron a probar varias actividades alejadas de la arena y el agua salada.

Pero siempre en conflicto entre la razón y la pasión, el llamado del mar fue más fuerte. Escuchó a su corazón y les dio un sentido real a las palabras de Eusebio Lillo que siempre lo inspiraron: “…y ese mar que tranquilo te baña te promete futuro esplendor…”

Finalmente lo deja todo y renuncia. Deja de ser un pica-papeles en la tranquilidad de un escritorio, pero prisionero de la razón.

Mauricio Stefanovich, buzo profesional tras dedicarse por completo a su vocación marítima.

Desde ese día la piel curtida por el sol y el agua salada son su constante.

Forma la entidad náutica “Buceo Humboldt” y se capacita como buzo autónomo, buzo comercial, patrón de bahía, patrón nave menor, capitán costero, instructor OMI Armada (curso 6.09) y operador restringido.

Su entidad está reconocida para dictar cursos de buceo deportivo, salvavidas y buceo adaptado.

Su actividad de buzo comercial comenzó en 2000 bajo la tutoría de Francisco Vergara, con quien aprende el oficio y es recibido en su empresa “Buzo Escafandra”.

El destino no lo dejaría tranquilo y, en un giro inesperado, en 2005 Vergara le pide que lo reemplace un día como profesor en el liceo industrial de Coquimbo.

Literalmente le dijo Voy a hacer un trámite y vuelvo, pero nunca regresó. Se había jubilado. Así ingresa al mundo docente donde se mantiene hasta hoy, descubriendo una fuerte vocación desconocida.

Ha sido una larga y fructífera carrera de entrega de conocimientos y experiencias a generaciones de jóvenes técnicos, algunos hoy colegas suyos como buzos.

Su mayor gratificación como docente es ver el cariño y admiración que le profesan sus alumnos. Así lo expresaron en el discurso de graduación dedicado a él:

Los buzos tienen todo igual que los humanos…, menos el corazón, éste es más grande, pues solo así pueden caber tantos amigos en él“.

El buzo tiene facilidad de robar la atención de quienes lo rodean. Tiene un toque de rudeza sobre sus hombros y la blandura de las esponjas en su alma“.

Con estas palabras sus estudiantes destacan la humanidad, cercanía y espíritu aventurero que caracterizan a su maestro y amigo Mauricio Stefanovich.

En 2021 amplió sus habilidades al acreditarse como instructor de buceo adaptado y como coach profesional, de equipos, ejecutivo y organizacional. Desde entonces se ha dedicado a realizar talleres de desarrollo motivacional personal y vocacional, así como talleres de inclusión social para adultos mayores y personas con movilidad reducida.

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2 comentarios

    • JOHANA TAMAYO el 12/08/2023 a las 9:01 pm
    • Responder

    Para mi, un tremendo honor estar dentro de esta publicación ya que tambien se encuentra el Profesor, buzo y amigo sr Francisco Vergara, a quien le debo mucho, un gran referente del buceo para mi y para mi familia.

    Johana Tamayo

    • Nahuel guerrero el 28/02/2024 a las 10:17 pm
    • Responder

    quiero hacer el curso de buzo comercial

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